miércoles, 15 de diciembre de 2010

Lluvia engelante... ¡Qué frío!

El riesgo añadido respecto al hielo tradicional es la capacidad de esta lluvia de acumularse y adaptarse como un pegamento gélido a todo tipo de superficies.
Es necesario que se junten una serie de condiciones para que esta espectacular y, a la vez, peligrosa manifestación de la naturaleza llegue a darse. Se produce cuando llueve a temperaturas por debajo del punto de congelación y cuando una masa de aire muy frío -por debajo de cero grados- se sitúa a una distancia no muy elevada de la superficie terrestre, entre 50 y 100 metros. De otra manera lo que habitualmente ocurre con temperaturas que rondan los ceros grados es que nieva.

En este caso las gotas de lluvia caen en forma líquida durante todo su trayecto pero es al atravesar esta capa de aire gélido estanca a a pocos metros por encima del suelo donde sufren un proceso de súper-enfriamiento. En este proceso se produce la ocurrencia de que pese a estar muy frías sólo pueden completar su proceso de congelación en cuanto caigan y se estampen contra alguna superficie.El resultado es hielo. Capas de hielo de apenas centímetros, muy ligera pero sólidas, que se van acumulando unas sobre otras. 
La gota de lluvia engelante se transforma instantáneamente en hielo al tocar un objeto. Es una de las manifestaciones más peligrosas de la naturaleza al menos para el tráfico rodado. Puede llegar a causar cortes de luz y es conocida por su extrema peligrosidad para el tráfico aéreo ya que estas gotas de hielo acumuladas pueden modificar de facto la forma y estructura de aerodinámica de un avión o congelar algunas de sus partes.
Habitualmente la lluvia engelante está asociada con la llegada de un frente cálido, lo que explica que el aire frío se quede estancado y atrapado en la parte más baja de la atmósfera y se ve desplazado por una capa de aire caliente y precipitaciones de lluvia más cálida que la que se encuentra en ese lugar en ese momento.
En este fenómeno no son las gotas de lluvia las que se congelan por sí mismas (en realidad si se precipitan en forma líquida es porque no hace suficiente frío como para que caiga nieve, al menos en la parte más alta de la atmósfera es más cálida) pero es su contacto contra el suelo y la superficie que se encuentran a temperaturas inferiores a cero cuando se ultra-enfrían. Puede congelar en efecto todo tipo de estructuras y materiales, dado que la caer en forma líquida y congelarse al abrazar el objeto contra el que impacta crea una coraza de hielo.

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Carlos Velasco