sábado, 29 de mayo de 2010

¿Cómo será el próximo verano?



     Son frecuentes las preguntas acerca del tiempo que hará a largo plazo y la contestación, como saben, es siempre la misma. Hoy por hoy, no es posible llevar a cabo ese tipo de pronósticos. Sin embargo, también he comentado en diversas ocasiones que, de forma experimental, el Centro Meteorológico Europeo de Predicción a Plazo Medio (ECMWF), del cual forma parte España, como también saben, lleva a cabo predicciones estacionales. Ya he expuesto, asimismo, que estos pronósticos no pueden considerarse muy prácticos, de momento, porque todavía su fiabilidad no es grande y porque son bastante ambiguos en los dos parámetros a los que está referido.
     Pese a lo expuesto, varias veces he dado a conocer lo que vaticina el ECMWF para los meses siguientes, lo cual fue acogido con división de opiniones entre los lectores pero dada la insistencia en la pregunta acerca de lo que nos deparará la atmósfera próximamente, me he decidido a volver a publicar la predicción para el trimestre compuesto por junio, julio y agosto.
     Recuerdo que el pronóstico está referido al valor medio a lo a largo de los tres meses, con lo cual cabe la posibilidad de que aun resultando certero, se den valores extremos a lo largo del periodo en cualquiera de los dos parámetros (precipitación y temperatura) que disten bastante de los que se expresan como medios del trimestre.
     Una vez hecho este preámbulo, las predicciones son las siguientes:
     Temperaturas:
     Se estima que al final de agosto la temperatura media de los tres meses, en todas las regiones españolas, estará claramente por encima del valor medio correspondiente a ese periodo. Con arreglo a eso, cabe suponer, por tanto, que predominarán los días calurosos en el transcurso del mismo.
     Precipitaciones:
     En este aspecto, parece que la normalidad será la tónica general. Esto, al ser valores medios, no quiere decir, como he señalado, que no puedan darse días de lluvias significativas  que alternen con épocas en las que no caiga ni una gota en toda España, cosa que, por otra parte no tiene porque extrañar a estas alturas del año.