lunes, 14 de enero de 2013

Entre nieblas. Formación y tipos.

Estos días nos hemos despertado sin ver un pimiento. La niebla ha persistido durante varios días de manera densa y compacta en ambas mesetas, debido a la alta humedad y estabilidad, que han impedido que el sol llegara a la superficie, que la calentara y que las disipara. En Madrid, no hemos visto el sol durante días enteros, mientras que, ahí al lado, en Segovia, el ambiente era soleado. En esta ocasión, el Sistema Central, se ha encargado de separar las nubes bajas.
Imagen de satélite donde se pueden observar las densas nieblas en toda la zona dentro peninsular. Las nieblas, están delimitadas, como puede observarse, por el Sistema Central.  Semana del 7 de Enero de 2013.
Y es que las nieblas son nubes. Estar dentro de la niebla, es estar dentro de una nube que se encuentra muy cerca de la superficie. La humedad del ambiente, alcanzadas ciertas temperaturas, se condensa, y como consecuencia, da lugar a diminutas gotas de agua que se encuentran suspendidas en el aire.
Proceso similar ocurre cuando expulsamos vaho. La humedad (vapor de agua) que expulsamos por la boca, al entrar en contacto con aire frío, se condensa rápidamente y formamos una nube que denominamos vaho.
Las nieblas más frecuentes en nuestro país, y propias de zonas del interior, se forman con cielos con pocas nubes o despejados (condiciones anticiclónicas). Esto permite que las temperaturas desciendan con mayor facilidad durante la noche y que las nubes no ejerzan como amortiguadores de la caída de las temperaturas. Entonces, la superficie de la Tierra se enfría debido a la pérdida de calor. El aire frío, tiende a descender (ya que es más denso que el aire cálido) por las laderas situándose en zonas bajas (como los valles) y toda aquella humedad que se encuentra cercana a la superficie, se condensa. Conforme avanza el día, los rayos de sol que llegan a la superficie, la calientan poco a poco y disipan la niebla. Este tipo de nieblas se conocen como de "radiación" y se forman siempre y cuando el viento esté en calma o sea muy débil.

No sólo son las únicas nieblas que podemos encontrar. Aquellas que se forman sobre las superficies de lagos o el mar y que se dan sobretodo después del verano, cuando el agua de la superficie permanece caliente y una masa de aire frío, condensa todo el vapor de agua que asciende. Este tipo de nieblas son conocidas como de "evaporación".

Las nieblas de advección, son aquellas que aparecen cuando se enfría una masa de aire cálido y húmedo (generalmente procedente del mar) que se desliza sobre una superficie fría (al tocar la tierra, llegar a la costa).

Seguramente, alguna vez, hayas mirado a la Sierra y te hayas encontrado abundante niebla en las zonas más altas. Se llaman nieblas orográficas, y se deben a que el aire húmedo, empujado por una corriente de viento, asciende por la ladera de las montañas hasta que se enfría y se acaba condensando, haciendo que las zonas más altas queden ocultas bajo un denso manto blanco.


Hay muchos otros tipos de nieblas que se forman bajo condiciones específicas. Pero aquí hemos querido resumir las más importantes, las que solemos ver y sentir. Como siempre, acercando un mundo que condiciona diariamente el nuestro.
Representaciones gráficas: Tiempo.net

domingo, 13 de enero de 2013

Alerta, que no aviso.

"La Agencia Estatal de Meteorología ha activado la alerta naranja por precipitaciones...","estaremos en alerta amarilla por fuertes vientos...por altas temperaturas...". 
Siempre nos encontramos la misma historia una y otra y otra vez en los medios de comunicación. Quizá porque suene más impactante, porque cree mayor expectación, pero lo que está claro es que su utilización se aleja del correcto significado.
En anteriores entradas, entendíamos a los avisos como una advertencia a la población, ya que se han pronosticado una serie de condiciones atmosféricas adversas que pueden afectar al transcurso normal de la rutina de las personas.

Este término, acaba confundiéndose con el de "alerta", que es un concepto diferente. Y entonces, exactamente, ¿en qué se diferencian?.
La Agencia Estatal Meteorológica emite avisos (amarillos, naranjas y rojos) a la población y a las autoridades correspondientes. Aemet utiliza el "aviso" como una forma comprensible y sencilla de transmitir, a una población en muchos casos despreocupada e inconsciente, un evento meteorológico que supone algún tipo de riesgo para los bienes y/o personas.
Ahora bien, cuando se activa una alerta, no procede directamente de la Agencia meteorológica, sino de organismos distintos. Estos organismos son, entre otros, Protección Civil, Emergencias o Seguridad Ciudadana. Mientras que los avisos tienen como objetivo advertir a la población para que tome las medidas oportunas frente a algún tipo de fenómeno, la alerta supone el despliegue de un dispositivo de emergencias, siguiendo un protocolo y coordinación de actuación ante una serie de fenómenos adversos, que pueden traer consigo consecuencias negativas para los bienes personales y materiales intentando reducir su impacto lo más posible. La complejidad de estos planes de emergencia, dependerá del nivel de alerta, y por tanto, del nivel de riesgo que suponga ese fenómeno sobre la población.
Cuando se declaran las alertas por parte de Protección Civil y Emergencias, se tienen en cuenta, e incluso se basan en las predicciones de Aemet, pero cuentan también con la colaboración de otras entidades y servicios distintos. Esto da como resultado, en algunas ocasiones, la discordancia entre los avisos de la Agencia y las alertas de Protección Civil y Emergencias.
Con todo esto, podemos concluir que aviso y alerta son términos distintos, ya que como se ha comentado anteriormente, un aviso tiene un objetivo informativo, mientras que una alerta, busca llamar la atención (alertar) a la población y desplegar un dispositivo de emergencia y protección por y para los ciudadanos.
En este esquema, quedan claramente representadas las diferencias entre alerta y aviso:
Agradecimientos: Jonathan Gómez Cantero.