Casi todas las noticias que han llegado a nuestros días coinciden en que Bárbara era la única hija de un sátrapa llamado Dióscuro. Había quedado huérfana de madre a los siete años y, muy joven, se había convertido al cristianismo.
Al regreso de un viaje de inspección por la provincia romana efectuado por su padre, éste propuso a la joven un matrimonio de conveniencia, que ella rechazó. Dióscuro descubrió la conversión de Bárbara al cristianismo y la denunció al pretor romano, el cual se vio obligado a condenarla a la pena capital. El sátrapa, que ya había mandado construir una torre para mantener a Bárbara alejada del mundo, finalmente, solicitó permiso para ejecutar personalmente la sentencia de muerte.
Después, la mató con su propia espada. Al momento de cometer el parricidio, Dióscuro fue fulminado por un rayo. A este hecho, según parece, se le ha venido atribuyendo el origen de la frase “acordarse de Santa Bárbara cuando truena “ y de que la Iglesia la nominara Santa Protectora de las personas y de sus bienes frente a las tormentas.“Santa Bárbara bendita,
que en el cielo estás escrita
con papel y agua bendita.
En el ara de la Cruz,
Pater noste(r), amén Jesús”
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Carlos Velasco