Un bello fenómeno óptico que se produce en la atmósfera es el "arco iris", tambien llamado en algunas zonas "arco de San Martín, un semicírculo o arco luminoso de gran tamaño que presenta todos los colores del espectro.
En circunstancias especiales, principalmente en las altas montañas, al salir y ponerse el sol, el arco iris casi forma un círculo completo.
Para que el arco iris se produzca han de existir ciertas condiciones atmosféricad. En primer lugar, el dia tiene que ser luminoso y el sol en una posición relativamente baja. Nunca apuede haber arco iris al mediodía, cuando el sol se halla en el cénit. Las mejores condiciones para su formación se dan por la mañana y al atardecer. Si el sol tiene una elevación menor de 42º, se forman los arcos tanto más grandes cuanto más bajo esta él.
En segundo lugar ha de estar lloviendo a cierta distancia del observador y en tercer lugar, éste ha de encontrarse de espaldas al sol. No se puede contemplar un arco iris estando enfrente del astro rey.
Las dos condiciones primeras se presentan muy a menudo durante el verano gracias a los conocidos chaparrones y nubes de tormenta. En invierno el arco iris es un fenómenos más raro, aunque no deja de producirse.
Es evidente que las gotas de lluvia suspendidas en la atmósfera son las causantes del arco iris. La luz blanca solar penetra en ellas y sufre una desviación (refracción) desdoblándose en sus siete componentes de color. Los arcos iris parecen fijos, por que las gotas de lluvia se suceden unas a otras con gran rapidez.
Como las gotas de agua son las causantes de este fenómeno óptico, también pueden observarse en las cascadas de agua, en las fuentes y en los chorros de las mangueras de jardín, siempre que coincidan las otras condiciones que se han reseñado. La luz de la luna también puede dar lugar a este fenómeno.
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Carlos Velasco